sábado, 11 de setembro de 2010

FLM0617 - Literatura Espanhola: Século XVI

LOS 1001 AÑOS DE LA LENGUA ESPAÑOLA – ANTONIO ALATORRE



CAPÍTULO IX. EL APOGEO DEL CASTELLANO (segunda parte)


APUNTAMIENTOS DE LECTURA – William Mendes, alumno Usp 3504053


MOROS Y MORISCOS


Con la expulsión del rey moro de Granada en 1492, no hubo por parte de los cristianos la tolerancia con los árabes (mudéjares) que hubo por parte de los árabes cuando los cristianos (mozárabes) vivían entre ellos.

¿Qué hacer con los moros poco o nada cristianizados – ahora “moriscos” – después de la expulsión de ellos de la península ibérica?

- convertirlos al cristianismo y presionarlos para que aprendieran la lengua castellana.

Pero ni todos los frailes tenían concordancia con la conversión forzada de los árabes al cristianismo. Fray Antonio de Talavera era uno de los que creían que la conversión debería ser por la razón y no por la fuerza.

Al fin y al cabo, miles de árabes fueron expulsados entre 1609 y 1614.

“(Uno de ellos, retratado con mucha simpatía por Cervantes, es el morisco Ricote, que, ‘sin tropezar nada en su lengua morisca’, sabe expresarse muy bien ‘en la pura castellana’)”.



JUDÍOS Y SEFARDÍES

Los judíos españoles (sefardíes) fueron expulsados mucho antes de los moros por puro antisemitismo (1492). “y así la mayor ocupación de los inquisidores vino a ser la persecución de las ideas y prácticas ‘judaizantes’ ”.

Pero la vida de aquellos que quedaron nunca les fue fácil. Aunque hayan aceptado la conversión al cristianismo “el hecho es que la palabra misma converso acabó por ser, en la lengua castellana, un verdadero insulto, al igual que sus equivalentes confeso y cristiano nuevo (cuya carga negativa consistía en el contraste con su antónimo, el orgulloso cristiano viejo: cualquier cristiano viejo, y no se diga si era montañés o vizcaíno, se creía un hidalgo o un noble frente al ‘vil’ judío)”.

Una certeza nos da Alatorre: “No cabe duda de que la expulsión de los judíos significó una gran pérdida para la cultura hispánica”.

Hoy “la lengua de los sefardíes que escaparon del holocausto se conserva en el moderno estado de Israel y en muchas ciudades de los Estados Unidos, pero parece destinada a desaparecer, a causa de la presión del hebreo y del inglés”.



EL NUEVO MUNDO

Otro acontecimiento importante del año 1492 para los españoles fue el hallazgo del Nuevo Mundo.

“Colón hubiera sido el menos indicado para propagar la lengua entre los ‘pueblos bárbaros y naciones de peregrinas lenguas’ con que se topó. Hablaba mejor el portugués que el castellano”.

Para las nuevas tierras el fraile-obispo Talavera tenía la misma idea que antes. Que “los pueblos conquistados tendrían ‘necesidad de recibir’ las leyes del conquistador, y ‘con ellas’ su lengua”.

Pero la manera de llegar de los conquistadores a cada pueblo o lugar fue la peor posible. La no aceptación por parte de los indios confería automáticamente carácter de “justa guerra” a la matanza y al saqueo.

Muchos españoles no tuvieron concordancia con esta matanza y violencia

“Y con Oviedo están no sólo Las Casas y los muchos españoles que defendieron a los indios, afirmando categóricamente, por principio de cuentas, su dignidad de seres humanos contra quienes encontraban más expedito tratarlos como animales, sino también los muchos frailes que, casi desde el primer momento, se pusieron a hacer aquello que fray Hernando de Talavera había sentido como la tarea humana más urgente de todas, en vista de los hechos consumados: aprender la lengua de los vencidos y así comunicarse con ellos para enseñarles el cristianismo. A esta tarea se dedicaron en especial los franciscanos y los dominicos, y más tarde también los agustinos y los jesuitas”.

Ya en 1532 se publicó varias Doctrinas de Fray Juan de Zumárraga en español en México. También hubo gramáticas, diccionarios y doctrinas de los franciscanos Alonso de Molina y Maturino Gilberti, especializados en la lengua “mexicana” y en la “mechuacana”.



MESTIZAJE Y SU INFLUENCIA EN LA DIFUSIÓN DE LA LENGUA Y CULTURA ESPAÑOLA

Alatorre defiende la idea de que los conquistadores y pobladores españoles se mezclaron racialmente desde un principio con los conquistados y que “este mestizaje de sangre fue, desde luego, el factor que más contribuyó a la difusión de la lengua y cultura española”.

La comparación que se hace para la difusión de la lengua castellana en el Nuevo Mundo es la misma que se hace de la romanización de Hispania e de la arabización de España.

“Abundan los testimonios de la facilidad y la gracia con que los niños indios, en escuelas fundadas para ellos, aprendían la lengua española (…) A fines del siglo XVI ya estaban echadas en todo el nuevo continente las raíces de la lengua nacional de los países hispanoamericanos”.

Pero la tarea de cristianización e hispanización en América no fue nada fácil porque diferente de las tierras de reconquista, donde había una lengua que convivir y traducir – el árabe -, en el Nuevo Mundo había centenares de lenguas distintas.

El hecho es que si en España sobrevive una lengua prerromana, el vasco, en Hispanoamérica sobreviven innumerables lenguas prehispánicas, concluye Alatorre. También los topónimos españoles llenaron las Américas con nombres de lugares y santos, así como ocurrió en la península ibérica con los nombres romanos y árabes.


Bibliografía:
ALATORRE, Antonio. Los 1001 años de la lengua española. Fondo de Cultura Económica. México.

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