Dom Quixote em Toledo, Espanha. |
Refeição Cultural
“Contó el ventero a todos cuantos estaban en la venta la locura de su huésped, la vela de las armas y la armazón de caballería que esperaba.” (de “El ingenioso caballero don Quijote de la Mancha. Parte 1 [Spanish Edition]” por “Miguel de Cervantes”)
---
CAPÍTULO 3
"Donde se cuenta la graciosa manera que tuvo don Quijote en armarse caballero"
Na sequência da leitura sobre as aventuras do senhor Alonso Quijano, que ficou meio doido de tanto ler livros de cavalarias, lá na longínqua Espanha de 1605, Miguel de Cervantes segue nos contando a história (estória) mantendo-se fiel ao contrato que fez com os leitores no Prólogo da obra.
O livro se trata de uma "invectiva" contra os livros de cavalaria, tão em moda na época. Uma invectiva é uma espécie de repreensão, crítica, insulto.
A essa altura do livro, ainda no início, alguns leitores já vão se apegando ao senhor de uns cinquenta anos que decidiu incorporar o espírito de um cavaleiro andante para sair pelo mundo consertando as coisas tortas e injustas em benefício de sua república e de si mesmo, ganhando com isso fama e o amor da amada Dulcinea del Toboso, outra idealização.
Neste capítulo, Dom Quixote pede ao dono da espelunca (vendeiro) que o abençoe como cavaleiro, realizando a cerimônia tradicional que todo mundo conhece porque está descrita nos livros de cavalaria. O senhor Quijano acha que está em um castelo e o proprietário já percebeu que ele está doido.
“El ventero, que vio a su huésped a sus pies, y oyó semejantes razones, estaba confuso mirándole, sin saber qué hacerse ni decirle, y porfiaba con él que se levantase; y jamás quiso, hasta que le hubo de decir que él le otorgaba el don que le pedía.”
O capítulo é tão claro nos passos que vão acontecendo, que o dono da espelunca avisa a todos os fregueses que o idoso está doido e pergunta ao senhor Quijano se ele tem dinheiro porque tudo tem custo ali.
“Preguntóle si traía dineros; respondió don Quijote que no traía blanca, porque él nunca había leído en las historias de los caballeros andantes que ninguno los hubiese traído.”
Nosso ilustre cavaleiro estranha a pergunta porque nunca leu que cavaleiros tinham que pagar as coisas.
O vendedor esperto passa a lábia no velhinho e explica que isso era coisa básica. Poderíamos dizer que a cena clássica de quatro séculos atrás não é diferente do que acontece hoje com os manipuladores e seus manipulados.
“y así, tuviese por cierto y averiguado que todos los caballeros andantes (de que tantos libros están llenos y atestados), llevaban bien herradas las bolsas, por lo que pudiese sucederles; y que asimesmo llevaban camisas y una arqueta pequeña llena de ungüentos para curar las heridas que recebían, porque no todas veces en los campos y desiertos donde se combatían y salían heridos, había quien los curase, si ya no era que tenían algún sabio encantador por amigo, que luego los socorría trayendo por el aire, en alguna nube, alguna doncella o enano con alguna redoma de agua de tal virtud, que, en gustando alguna gota della, luego al punto quedaban sanos de sus llagas y heridas, como si mal alguno hubiesen tenido; mas que, en tanto que esto no hubiese, tuvieron los pasados caballeros por cosa acertada que sus escuderos fuesen proveídos de dineros y de otras cosas necesarias, como eran hilas y ungüentos para curarse; y cuando sucedía que los tales caballeros no tenían escuderos (que eran pocas y raras veces), ellos mesmos lo llevaban todo en unas alforjas muy sutiles, que casi no se parecían, a las ancas del caballo, como que era otra cosa de más importancia; porque, no siendo por ocasión semejante, esto de llevar alforjas no fue muy admitido entre los caballeros andantes; y por esto le daba por consejo (pues aún se lo podía mandar como a su ahijado, que tan presto lo había de ser), que no caminase de allí adelante sin dineros y sin las prevenciones referidas, y que vería cuán bien se hallaba con ellas cuando menos se pensase.”
O interessante é que das explicações que o sacana do vendeiro dá, ele diz que cavaleiros andantes precisam ter um ajudante (um escudeiro) e isso nos dará a oportunidade de conhecer depois Sancho Pança.
Enfim, talvez por isso os leitores vão aos poucos ampliando a empatia com o famoso cavaleiro andante.
“Hechas, pues, de galope y aprisa las hasta allí nunca vistas ceremonias, no vio la hora don Quijote de verse a caballo y salir buscando las aventuras; y ensillando luego a Rocinante subió en él, y abrazando a su huésped le dijo cosas tan extrañas, agradeciéndole la merced de haberle armado caballero, que no es posible acertar a referirlas. El ventero, por verle ya fuera de la venta, con no menos retóricas, aunque con más breves palabras, respondió a las suyas, y sin pedirle la costa de la posada, le dejó ir a la buen hora.”
Ao final do capítulo, nosso ilustre Dom Quixote está armado cavaleiro e já está apto a enfrentar todos os desafios e agravos que aparecerem diante de si.
“-Dios haga a vuestra merced muy venturoso caballero y le dé ventura en lides.”
Amigas e amigos leitores, se tiverem oportunidade, leiam o clássico de Cervantes.
William
02/02/25
Sem dúvida, um dos meus livros preferidos. Um mega beijo na minha amada amiga, diga que está insano, mas que vou escrever para ela.
ResponderExcluirOlá, profa! Imagino a correria. Li sua mensagem pra Noni. Saudades de vcs! Se cuidem e abraços a todos!
Excluir